Al rato me rendí por un cortado y un brownie que estaba de muerte, traté de alargar el consumo de éste último únicamente para aprovechar más tiempo de hacer mis diligencias. Cuando sin esperármelo comenzó a entablar conversación, además que el pobre no tenía con quién porque el café estaba vacío, y así pasó un buen resto de la tarde. Para cuando llegó el chico del siguiente turno yo recién estaba guardando mis cosas, él ya se había presentado e incluso me presentó al otro empleado. Ofreció acompañarme hasta un punto en donde tomase el bus o algo para dirigirme a casa, mientras en el camino conversamos de la vida y cosas superficiales, aunque en el fondo pensé que quizá no era solo un chico amable sino que tramaba algo. Al final me di cuenta que era un gallo normal, buena onda, serio y divertido al mismo tiempo, algo halagador en un principio y caballero {caballero entre comillas}. Basto unos cuantos meses para entender qué clase de hombre era; mujeriego, manipulador, mentiroso y canchero.
Ahora comprendo que le gusta jugar con la presa antes de eliminarla, a veces ni siquiera la toca ni la muerde, solo la manipula y para cuando se aburre busca a la siguiente y comienza a acecharla. Hombres como él, si es que se puede emplear la palabra 'hombre' con los de este tipo, solo deberían toparse con mujeres cabronas que solo saben arrastrarlos con ellas para luego dejarlos hechos bolsa.
No se equivoquen, no quiero tirar mierda a los del sexo masculino, quiero dejar en claro que entre ellos existe esta variedad de 'sacowéas' que juran con su alma que las hacen todas, en vez de darse cuenta que cuando piensan así se debe a que es la única opción que les queda. Ser encantadores, caballeros y el plus de la apariencia que les juega como un pro.
¿Adivina qué? pues me demoré un tiempo pero ya sé la semi-mierda que eres y definitivamente no eres de mi tipo. ;)