Obvio que te duele la barriga cuando te acuerdas de todo lo que viviste ese verano, tus recuerdos no son tan lejanos, pero los guardas a flor de piel porque sabes que son archivos preciados en tu fichero mental. Cada vez que hago memoria a esos instantes se me apretuja todo dentro, pero es un secreto, se supone, a pesar de que yo creo se me nota casi como si estubiera escrito en mi rostro.
Quizás me equivoqué cuando decidí apresurada por mi malestar, y si hubiera esperado... realmente, ¿hubiera conseguido lo que esperaba o la tortura se habría alargado?, que lata pensar en eso ahora que ya no hay posibilidad de retroceder el puntero y secundero del reloj. Me hace peor pensar en estas cosas, simplemente no puedo evitarlo... me cegó para siempre con la honestidad de su persona y me he quedado anclada a su muelle mientras lo observo ir y venir como se le da la gana cuantas veces quiera.
¿Se habrá enamorado de otras tierras?... no sé, no sé, no sé. Bien hecho queridísima, lo volviste hacer y despedazaste otra de las buenas!
.(what a coincidence!)*
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