Le proporcionó risas, le puso oídos y la miró fijo por un rato. Gente, taco, música, humo, un abrazo. Alcohol, risas, y revoltijo-choripan. Llegó el relajo, aterrizó el humor. comediante fome y público fiel de primera fila.
Entre siluetas desteñidas desenvolvió historias absurdas, contacto visual pobre, una sonrisa y luego silencio eterno.
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